La preciosa localidad de Le Carbet, situada entre Bellefontaine y Saint-Pierre, en la costa caribeña de Martinica, debe su nombre a las grandes cabañas donde los indios caribes se reunían antiguamente. Es conocida por haber sido el lugar donde desembarcó en la isla el famoso navegante Cristóbal Colón en su último viaje, en 1502. Aquí, asimismo, comenzó la colonización de Martinica en 1635, con la llegada del filibustero Pierre Belain d'Esnambuc.
En el centro de Le Carbet, hay muchos lugares y edificios dignos de mención, empezando por la bonita plaza Jules Grévy, con su bella iglesia del siglo XVIII, de inspiración barroca, bajo la advocación de Santiago. En el cementerio adosado a la iglesia, también se puede ver la famosa tumba de la dama española, una madre que, según la leyenda, apareció muerta la playa con sus dos hijos en brazos tras un naufragio.
Este municipio, típico de la Costa de Sotavento, acoge también el Centro de Interpretación del Patrimonio Paul Gauguin. Cuenta con una sala de exposiciones consagrada al famoso pintor y a su estancia en Martinica, una sala multimedia de juegos interactivos y una sala de exposiciones temporales.
No lejos de allí, cerca de la ensenada Latouche, podrá visitar la finca de una antigua hacienda azucarera reconvertida en jardín botánico y parque zoológico. Un lugar excepcional en el que, además de los vestigios de la hacienda Latouche, se pueden ver palmeras, cactus y plantas tropicales, así como un gran número de animales: monos, pumas, jaguares, mapaches, papagayos... ¡Se quedará boquiabierto!
Y si busca playas agradables, no tiene que ir muy lejos, la playa de Grande Anse, con su arena gris y sus cocoteros frente al mar Caribe, invita especialmente a descansar. Las playas de Le Coin y de la ensenada Turin también son ideales para descansar y bañarse.
Si está de paso en julio, no se pierda la famosa fiesta del pescado de Le Carbet, en la que se organizan muchas animaciones y degustaciones de productos del mar.