Situado en el corazón de la isla de Tierra Grande, en el cruce de las rutas que conducen a Le Moule, Abymes y Anse-Bertrand, la población de Morne-à-l'Eau alberga un cementerio excepcional cuyas tumbas en blanco y negro confieren al conjunto el aspecto de un tablero de ajedrez gigante. Dispuesto en forma de anfiteatro en la ladera de una pequeña colina, deslumbra a los visitantes con sus impresionantes tumbas, adornadas en algunos caso por tejados puntiagudos y terrazas... ¡Su originalidad y carácter único lo convierten en uno de los cementerios más visitados de Guadalupe! La tumba más antigua parece datar de 1847, época en la que sólo los ciudadanos más ricos podían permitirse este tipo de sepulturas.
Cada año, en Todos los Santos, el cementerio de Morne-à-l'Eau cobra especialmente vida. Al anochecer, las tumbas se cubren con miles de velas encendidas, y en esta fecha no es raro ver a vendedores de bokits y cacahuetes apostados junto al cementerio. El ambiente es más bien festivo, lo cual sorprende a más de un turista.